Iban conversando y se sentían muy apenados
Los dos se extrañaron porque todo el mundo comentaba que Jesús, condenado a muerte, lo habían crucificado.
Sin que ellos lo reconocieran, se les acercó Jesús y les preguntó de qué hablaban
Dos discípulos de Jesús caminaban desde Jerusalén hacia la aldea de Emaús.
Siguieron caminando, se hizo de noche y Jesús se sentó a cenar con ellos.
Ellos se llenaron de felicidad
Al partir el pan y bendecirlo, los dos discípulos lo reconocieron
Regresaron a Jerusalén para contarlo