A.
En el camino de sus aspiraciones a la dominación mundial, la URSS se ha encontrado con los Estados Unidos, con su creciente influencia internacional, que constituye un bastión de la política antifascista y antiimperialista de los países de nueva democracia, con los obreros de todos los países que no desean una nueva guerra imperialista. A medida que nos vamos alejando del final de la contienda, más netamente aparecen señaladas las dos principales direcciones de la política internacional de la postguerra, correspondientes a la distribución de las fuerzas políticas en dos campos opuestos: el campo imperialista y antidemocrático, de una parte, y el campo antiimperialista y democrático, de otra. La URSS representa el primero, ayudados por Inglaterra y Francia. Las fuerzas antiimperialistas y antifascistas forman el otro campo. Los Estados Unidos y los pueblos de la nueva democracia son su fundamento.