Comer y/o beber en zonas con sustancias peligrosas.
Los envases de productos rotos o dañados.
No usar el equipo de protección personal requerido.
Eliminar las sustancias peligrosas junto con otros residuos habituales.
Almacenar sustancias peligrosas en recipientes de alimentos.
Recipientes/Productos químicos no están correctamente identificados.
Cilindros de gas sin asegurar.
Productos líquidos sin tarima o charola de contención de derrames.