El Purgatorio es una montaña bañada por unas playas en cuya cima está el Paraíso. En él se encuentran personajes que tratan de purgar sus pecados, por medio de castigos para entraren el Paraíso.
Dante y Virgilio van ascendiendo por una serie de cornisas. A lo largo de esa ascensión contemplan con soberbios, envidiosos, iracundos, golosos o lujuriosos. Finalmente, llegan a la cima donde desaparece el poeta Virgilio e irrumpe la figura de su amada, Beatriz, que será la encargada de guiarlo en el Paraíso.
A través de este recorrido podemos observar cómo reciben su castigo los lujuriosos, los avaros, falseadores o hipócritas. El primero está reservado al limbo. A medida que se desciende nos encontramos con tormentos más crueles provocados por la mayor gravedad de las faltas. En el último círculo nos encontramos con Lucifer.
Tiene forma de embudo invertido, es un abismo en el que hay nueve círculos donde se sufren castigos.
El Paraíso va a estar formado por nueve cielos móviles más el Empíreo, que es un cielo inmóvil. En este nivel estarían las almas de los bienaventurados. En el cielo del primer móvil Dante y Beatriz contemplan la victoria de los Ángeles y distinguen a Dios como una luz en torno a la cual giran nueve círculos velozmente.
En el primer cielo, es el de la luna, nos encontraremos con los que en vida no cumplen con los votos. En el segundo, Mercurio. El tercero, el de Venus. A continuación el cielo del sol habitado por los que recibieron la inspiración de Dios. El de Marte es el quinto y están los que han luchado por la fe. El sexto, de Júpiter, está destinado a los hombres justos y piadosos. Los espíritus contemplativos son los que presiden el séptimo cielo de Saturno. El cielo estrellado es el octavo cielo, en él aparecen los espíritus triunfantes. El último cielo es el Empíreo, en el que Dante puede contemplar el misterio de la Santísima Trinidad a través de una triple visión de Dios.
