Hecho singular, generalmente inexplicable por simples causas humanas, que se produce en un ambiente religioso; los creyentes lo reconocen como un signo de la intervención de Dios a favor de los hombres y como un llamado a responder a su amor. Jesús acompaña sus palabras con numerosos milagros, prodigios y signos que manifiestan que el Reino está presente en Él. Ellos atestiguan que Jesús es el Mesías anunciado.