1
La habilidad para gestionar nuestras emociones, tratarlas y canalizarlas de una manera sana y positiva, lo que nos permitirá controlar nuestra ansiedad, mejorar la toma de decisiones, nuestra confianza y optimismo.
2
Saber desenvolverse con más compañeros/as es imprescindible para mejorar la productividad, por lo que se valoran enormemente los perfiles que son capaces de llegar a entendimientos y no generar conflictos.
3
Concepto de psicología del trabajo y de las organizaciones definido como la actitud en la que el sujeto u organización asume el pleno control de su conducta de modo activo, lo que implica la toma de iniciativa en el desarrollo de acciones creativas y audaces para generar mejoras, haciendo prevalecer la libertad de elección sobre las circunstancias del contexto.
4
La habilidad de comunicar y la transparencia son dos aptitudes cada vez mejor valoradas tanto para las personas que reclutan como por las propias empresas. En la era de la post-verdad, conseguir que los mensajes calen dentro y fuera de la empresa es tan importante como la honestidad.
5
Tan importante es saber trabajar en equipo como poner límites en el ámbito profesional y en el personal. Es decir, saber decir no a tiempo para evitar problemas. Y, sobre todo, encontrar las soluciones de forma anticipada.
6
El sentimiento de pertenencia a una organización es muy importante. Por eso hay que inculcar habilidades para que las personas en búsqueda de empleo/trabajadores-as sepan mostrar lealtad, vínculo… con las empresas más allá de hacer horas extra. Esta habilidad supone tener sentimiento de pertenencia y de orgullo de trabajar en determinada corporación. Convertirse en el propio/a embajador/a de la marca.
7
La tecnología ha hecho que muchos sectores se transformen por completo y esos cambios son cada vez más rápidos. Por este motivo, los expertos señalan que hay que entrenar herramientas que permitan acoplarnos a los cambios, asumir nuevas tareas... Es decir, aceptar que todo puede ser de otra forma y que se puede mejorar.
8
Las dotes para dirigir equipos han variado mucho. Ya no se espera que un jefe tome la postura inquisitoria ni que prevalezcan los sistemas excesivamente jerárquicos y verticales. Ahora es importante que quienes dirigen un equipo tengan una visión más horizontal y tengan unas miras mucho más amplias para poder dirigir grupos de personas que son cada vez más heterogéneos y diversos.
9
Ponerse en el lugar de la otra persona es una de las habilidades que ayudan a “engrasar” el trabajo en equipo y el trato con la clientela, personas usuarias de servicios, etc.