Está bien improvisar
Haz rutinas o planes para pocos días
No intentes hacer todo a la perfección.
Todos pueden ayudar.
Confía en tu capacidad de criar, cuidar y adaptarte a los cambios.
No es necesario llenar el día de actividades conjuntas.
Está bien sentirse desbordado
Pide ayuda si sientes que la necesitas.
Se flexible
Identifica lo que puedes ceder y lo que te parece intransable.
La crianza en sí misma requiere estar adaptándose a los cambios de los niños permanentemente. Ya lo has hecho antes, y sin duda podrás hacerlo en esta situación.
Es importante elegir metas posibles de cumplir, seleccionar lo que puedes ir haciendo, y ajustar las expectativas respecto a lo que se puede hacer.
Comunícales a tus hijos que hay temas con los que serás más flexible, pero que seguirás siendo muy firme con otros comportamientos.
Cuando hagan cosas juntos, intenta que sea algo que también sea entretenido para ti. Es una buena señal cuando ambos disfrutan.
Algo que puede ayudar es acordar algunas rutinas o planes para los días que vienen. No intentes tener certezas más allá de eso
Los acuerdos de convivencia se pueden revisar en conjunto y quizás algunos no resulten muy apropiados en esta situación o surjan otros nuevos.
Puedes aprovechar para emprender algo con tus hijos que soñaste hacer muchas veces pero no fue posible por falta de tiempo con ellos.
Si crees que una situación te está superando, pide ayuda dentro de casa, a un familiar, a un amigo o amiga
Se benevolente contigo mismo y recuerda que estás viviendo algo excepcional y lo estás haciendo lo mejor que puedes
No tengas miedo de involucrar a tus hijos, cada uno en virtud de su edad y desarrollo. Esta es una gran oportunidad para desarrollar la ayuda mutua y la colaboración familiar.