Los mecanismos más importantes de la evolución son la mutación, la selección natural y la deriva génica.
La teoría de la evolución de Darwin se asienta en tres puntos: variabilidad, adaptación y la selección natural.
La aparición de nuevas especies es un proceso gradual que se da a lo largo de miles de años.
La especiación se dará en una porción pequeña de esa población.
Todas las especies actuales proceden de otras especies anteriores.
Los cambios son fruto de la adaptación progresiva al entorno social.
Esta teoría no podía explicar la existencia de fósiles.
El espacio dejado por las especies extintas era ocupado por especies procedentes de otros lugares geográficos.
Hubo extinciones de algunas especies que coincidieron con las catástrofes descritas en la Biblia.
Todas las especies tienen su origen en la Creación bíblica y se han mantenido tal y como fueron creadas hasta la actualidad.
Una población de una especie determinada que vive en un ambiente que no varía se mantiene estable.
Los cambios se han producido por un esfuerzo intencionado de los organismos.
Uno de los animales que más llamó la atención durante la estadía en las islas Galápagos, fueron los pinzones.
Los conocimientos sobre genética fueron la clave para solucionar los interrogantes que planteaba la teoría de Darwin.