Consiste en cocinar los alimentos únicamente con vapor de agua, sin sumergirlos en el agua misma ni en aceite.
Suele utilizarse un utensilio donde van los alimentos, y este se coloca arriba de otro que contiene agua hirviendo, la cual no debe tocar a los alimentos del primer recipiente.
Comúnmente se usa este método de cocción como una opción más saludable, ya que los alimentos cocidos al vapor pierden menos nutrientes que los hervidos.
No precisa adición de elementos grasos y mantiene mucho más beneficios saludables que otras técnicas culinarias de alimentos, también conserva su aroma, su sabor y su textura.
Para lograr una satisfactoria cocción al vapor, la materia prima no toquen el agua, sino que sea el vapor el que los cueza y que estén cortados de manera que todos los ingredientes precisen el mismo tiempo de cocción por su frescura.
A su vez, se puede a cocinar al vapor con hierbas al gusto, de manera que se cocinará con el vapor de la infusión resultante.
Es aportarnos energía y generar materia para crecer, renovar o reparar nuestro cuerpo. Por lo tanto, los nutrientes son componentes de los alimentos, tienen funciones energéticas, estructurales y/o reguladoras para nuestro cuerpo
La base puede ser agua o caldo y podemos agregarle, piel de limón o naranja, hojas de menta, la albahaca, el tomillo o el romero y pimienta negra o mostaza.
Es difícil concretar cuando están listos los alimentos al vapor, ya que dependen mucho del tamaño al que los cortemos, para conseguir una cocción uniforme: corta los que tarden más en trozos más pequeños y los más rápidos déjalos más grandes.
Al cocinar al vapor, los alimentos no se recalientan en exceso ni absorben aceite, no si se queman, cuando se fríe a elevadas temperaturas o se reutiliza puede llegar a ser tóxico los alimentos.