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Adoptó la ideología de humanizar la forma de sancionar y considerar que el hombre, como centro de acciones y pensamientos no debía sancionar el mal con el mal.
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Representó el transplante de las instituciones jurídicas españolas a territorio americano. Las leyes de Indias dispusieron en todo lo que no estuviese decidido ni declarado.
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Tenían la pena de privación de la libertad y la pena de muerte por lapidación, ahorcamiento, decapitación o descuartizamiento por falta de respeto a los padres, al causante de daños graves al pueblo, al traidor en contra del Rey o del Estado, para quien portara las insignias reales durante la guerra, para aquél que maltratara a un embajador, al guerrero o ministro de rey.
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Las penas impuestas eran excesivas, podía ser privado de la vida por garrote vil, o quemándolo vivo, la prisión perpetua o el trabajo forzado.
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Al que cometía adulterio, lo flechaban junto con la mujer hasta que ambos muriesen y el hombre vivía realmente como un ser primitivo únicamente dedicado a la caza y a la guerra, fue el orden militar el único modo de organización política que tuvieron.
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Se vigiló la observancia de la fe y erradicación de la herejía, estableció el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición en nuestro país en 1571.
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Eran crueles en sus leyes, siendo la pena de muerte uno de los principales castigos. El adulterio cometido con alguna de las mujeres del Calzontzi era castigado con la muerte del adúltero y trascendía a toda su familia y sus bienes eran confiscados.
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Existió una jerarquerización de las clases sociales y la esclavitud. Los conquistados adquirían esta categoría social y se les imponía la realización de tareas públicas.
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Esta cultura ha sido de las más estudiadas, desarrolló un sistema de derecho penal más especializado, sobresaliendo de todas los demás de su época.
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La cárcel no era considerada una sanción, utilizaban jaulas de madera para encerrar a los presos. De noche eran sacados, alimentados e incluso recibían regalos, para luego ser regresados, en espera de recibir la sentencia, la que por lo general no dilataba. Se valían de la tortura para obtener "confesiones", que podían ser orales, testimoniales o de otro tipo para probar la culpabilidad.