Victoria
Chelita
Espíritu viajero
Deja en paz a Mandrú que el pobre ya no tiene energías ni para tomarse su leche.
-¡Abuelita Chelita! -Abrazó a la anciana al regreso de su excursión.
No te desmayes de nuevo, si lo haces, esta vez trata de caer debajo del muelle, porque de lo contrario, te vas a insolar. - Señalé hacia el sol.