“Me tiembla la carne, restribo a menudo para sentir los pies, helados. Muevo el cuerpo sobre la montura y me froto las manos enguantadas. Los dedos me duelen de frío (”El viento blanco. (Quiroga, C. V.)
“En el aire caliente circulaban vaharadas hediondas. […] La cabeza despedía un olor molesto de aceite rancio. […] Unas columnitas de humo, activas, ansiosas, se levantaban cada vez que el sacerdote lanzaba al brasero un pedacito de la resina que esparcía un olor más bien agradable.”. (Díaz Solís, G.)
Apoyada en su bastón y malhumorada por la larga espera sintió que alguien tocaba su hombro. Por segunda vez sintió un pequeño dedo tocando su hombro, al saber de qué se trataba no hizo esfuerzo alguno por mirar hacia atrás…
Mírenme, soy feliz entre las hojas que cantan cuando atraviesa el jardín el viento en monopatín.
Chisporrotea en el aceite hirviendo la alegría del mundo: las papas fritas
Yo no soy un bailarín porque me gusta quedarme quieto en la tierra y sentir que mis pies tienen raíz.
Todo es humo delante de mis ojos Oculta el paisaje Espesa el aire Lágrima Todo es humo que confunde Con su informe aspecto de dragón terrible Con su amenaza de fuego oculto Con su acechanza a la mortalidad de mi cuerpo.
A la sombra gris oscura, bajo un blanco limonero, almohada de verdes hojas, se ha dormido el niño negro.
Se abre paso a empujones entre nubes dispuestas a encerrarla en la oscuridad.
La guitarra hace llorar a los sueños. El sollozo de las almas perdidas se escapa por su boca redonda.
Cuando voy a dormir cierro los ojos y sueño con el olor de un país florecido para mí.
"[...] un día de invierno, al volver a casa, mi madre, viendo que tenía frío, me propuso tomar, contra mi costumbre, un poco de té. [...]. Y enseguida, mecánicamente, agobiado por la insulsa jornada y ante la perspectiva de un triste día por venir, llevé hasta mis labios una cucharada de té en la que había dejado ablandar un pedacito de magdalena. Pero en el instante mismo en que el sorbo mezclado con las migas de la torta tocó mi paladar...
“El indio sentía detrás el tranco torpe del cazador, oía el crujir de las grandes botas, el retintín de los aparejos de caza, la respiración perceptible a distancia. (Díaz Solís, G.)
El ajo añade (a las papas) su terrenal fragancia, la pimienta, polen que atravesó los arrecifes, y vestidas de nuevo con traje de marfil, llenan el plato con la repetición de su abundancia y su sabrosa sencillez de tierra.
Imagen olfativa
Imagen de una fritura que activa el sentido del oído
La felicidad está en toda la piel
Imagen gustativa con sabor de mamá.
Imagen que sensibiliza ver a un niño dormido
Imagen táctil
imagen olfativa sumamente desagradable, asquerosa
Imagen táctil 4
Imagen auditiva que hace presentir la proximidad de un ataque
Imagen gustativa
Imagen táctil. Tiembla la piel.
Imagen auditiva que se trasmite a través del llanto
Imagen visual
Utilizar el olfato para conocer un país