Considerar tiempos, horarios, clases, distancia física y tipo de actividad para propiciar seguridad y aprovechamiento escolar.
Escuchar a niñas, niños y adolescentes sobre como se sienten sobre el regreso a la escuela, tanto los aspectos positivos como negativos.
Conocer los riesgos, protocolos y formas de participación comunitaria
Comprobar que los canales de comunicación sean efectivos.
Limpiar y desinfectar las instalaciones escolares, sobre todo aquellas superficies que tocan muchas personas.
Identificar a los más vulnerables y sus necesidades para proporcionar apoyo adicional a estos niños, niñas y adolescentes, propiciando un retorno a la escuela de forma segura
Establecer/fortalecer el vínculo entre la escuela y la comunidad para que haya una derivación rápida de los estudiantes más vulnerables y sus familias.
Establecer mecanismos de comunicación viables de acuerdo con el contexto de la comunidad escolar.
Retroalimentación de los resultados obtenidos por toda la comunidad educativa.
Aplicar nuevas formas de organización que permitan generar seguridad y aprovechamiento escolar.
Planificar una limpieza y desinfección rutinaria de las instalaciones y sus alrededores.
Recopilar los comentarios de niños, niñas y jóvenes, sobre su experiencia durante el cierre de la escuela.