Moisés guio a los hebreos a la tierra prometida mientras los perseguían los egipcios. Para ayudarlos a seguir su camino, Dios separó las aguas del mar rojo.
A Moisés le incomodaba el trato que recibían los hebreos en Egipto.
Dios le pidió a Moisés que liberara a los hebreos de Egipto; le demostró su poder para que Moisés no tuviese miedo.
Mientras Moisés estaba en el monte; los hebreos sintieron miedo y construyeron un becerro de oro como nuevo Dios. Luego Moisés lo destruyó.
Dios le pidió a Moisés que construyera una carpa especial llamada tabernáculo y colocaron en ella una caja de madera cubierta de oro; en su interior contenía la Palabra de Dios. A esa caja se le conoce como el Arca de la Alianza, que representa el pacto de Dios con su pueblo.
Dios dio a Moisés los 10 mandamientos en el monte Sinaí.
Moisés le explica al faraón el mensaje de Dios, le pide que libere a los hebreos.
El faraón se negó a liberar a los hebreos por lo que Dios envió 10 plagas a Egipto: conversión de agua del río en sangre, invasión de ranas, moscas, muerte del ganado, lluvia de fuego y granizo...
La última plaga fue la sombra de la muerte donde murieron los primogénitos incluyendo al hijo del faraón.
La princesa, la hija del faraón encontró a Moisés en una cesta en el río y lo cuidó como si fuera su hijo.
