1
Engrosamiento y curvatura excesivas de la uña.
2
Separación de la uña del lecho ungueal.
3
Hábito de morderse las uñas.
4
Infección por hongos en las uñas.
5
Manchas oscuras en las uñas.
6
Fragilidad y fisuras en las uñas.
7
Inflamación alrededor de la uña.
8
Manchas blancas en las uñas.