un método para evitar que los cadáveres se descompusieran: los secaban y los envolvían en vendas. Más tarde, guardaban la momia en un sarcófago rodeado de un ajuar compuesto de todo aquello que podría necesitar el muerto en la otra vida como alimentos, vestidos, joyas, etc. Finalmente, enterraban el sarcófago en una tumba.