Su nombre le viene del paisaje abrupto que encontramos en muchos tramos de esta costa, donde las olas rompen bravas sobre las rocas. En estos tramos encontramos acantilados abruptos y calas escondidas, rodeadas de vegetación a las que sólo se puede acceder por mar o por caminos costeros. Hasta la llegada del turismo, aquí se encontraban pequeños pueblos de pescadores o agricultores. A principios del siglo XX, la belleza natural de la región atrajo a artistas y escritores como Marc Chagall, Picasso, Rusiñol o Dalí.