Utilizar
Definición clara de metas
Medidas
Alta dirección
Áreas de responsabilidad
En forma conjunta
Proceso
Resultados esperados
Contribuciones
Prioridades
Este es el impulso que implica el nombre de la APO. Las metas o los objetivos definidos con claridad proporcionan el enfoque de esfuerzos que se requieren para la utilización más eficiente de los recursos (“metas” y “objetivos” son sinónimos).
Si la definición clara de las metas y las prioridades se inicia a la cabeza misma, el sistema alcanzará su máximo potencial, puesto que todas las partes de la organización fijarán sus puntos de mira en el mismo objetivo general
El establecimiento de objetivos en todos los niveles de una organización es una parte importante del sistema APO; pero en demasiados casos se ha confundido con el propósito del sistema
El hincapié aparente en los objetivos en la APO puede parecer que descuida las finalidades para las que se diseñó todo el esfuerzo: para producir resultados que no se obtendrían de otro modo.
A menos que se usen los objetivos para medir el progreso y que, a continuación, se empleen las mediciones para hacer ajustes y correcciones que aceleren el progreso, la APO permanece estática y estéril, en lugar de convertirse en el sistema dinámico y productivo que debe ser, de conformidad con su diseño.
La APO fomenta las contribuciones de todos los individuos a los objetivos generales de la organización, mide cada contribución y proporciona las bases para las recompensas que se otorgarán.
Los objetivos no son suficientes para asegurar la eficiencia individual o de una organización. Es preciso estar seguro de que se trata de alcanzar primeramente los objetivos más importantes y un sistema para la fijación de prioridades es un eslabón vital en el proceso global.
En el esfuerzo de la APO, el proceso de establecimiento conjunto de objetivos por el supervisor y los empleados es la clave para obtener la cooperación plena y la aceptación de éstos.
El hincapié aparente en los objetivos en la APO puede parecer que descuida las finalidades para las que se diseñó todo el esfuerzo: para producir resultados que no se obtendrían de otro modo.
La APO, como la administración en general, es una actividad continua y no una “campaña, un “programa”, ni un proyecto de instalación de una sola vez que, cuando se complete, pueda producir sus propios resultados.