1
En ocasiones, los auditores externos pueden cometer errores en su análisis y opinión sobre el estado financiero de la empresa y otras cuestiones que pueden llegar a tener un impacto muy negativo.
2
Hace referencia a aquellas fluctuaciones financieras que pueden impactar negativamente en la empresa: cambios en los tipos de interés o de acceso a las líneas de crédito, problemas de liquidez, tensiones de tesorería, etc.
3
Son los riesgos de carácter interno relacionados directamente con las actividades y negocios a los que se dedica de la compañía. Algunos ejemplos serían: fallos de contabilidad, gestión errónea de los recursos humanos, revelación de información inadecuada, problemas de comunicación corporativa, etc.
4
En esta tipología cabrían todas las posibles situaciones negativas o adversas que, de un modo u otro, pueden afectar a las ventas y a la propia cotización de las empresas: cambios significativos en el precio de las materias primas, transporte o aranceles, modificaciones en el tipo de cambio de las divisas extranjeras o caída del precio de las acciones de la compañía en bolsa, entre otros muchos factores.
5
Se trata, probablemente, del tipo de riesgo que más tememos y que primero nos viene a la cabeza. En este grupo podemos incluir: incendios, inundaciones y toda clase de desastres naturales que pueden llegar a dañar los activos de una empresa e, incluso a paralizar su actividad.
6
Corresponde a los que transforman la materia prima en algún artículo.
7
Son aquellas personas u organizaciones que se encargan de distribuir, ofrecer, conceder o arrendar el uso de bienes y servicios.